Pocas horas antes de que Brasil eligiera presidente Jair Bolsonaro por amplia mayoría, un blanco supuestamente ultraderechista con millones de votos de negros y mulatos, el también blanco Donald Trump, se reunía en Washington con 350 jóvenes republicanos negros con éxito social y económico, unidos en el “Blexit”, un novísimo movimiento que rechaza al cada día más socialista y presuntamente pro-negro Partido Demócrata.
En los 7.000 kilómetros de distancia entre Brasilia y Washington se tendía un hilo invisible que unía importantes grupos sociales hostiles a la izquierda.
Trump le aseguró a sus seguidores que “entre vosotros hay tres o cuatro personas de las que algún día saldrá un gran presidente negro”.
Ellos y Trump se oponen al progresismo blanco basado en ayudas y discriminaciones positivas a las minorías que…
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