Por fin ha vuelto la liga de fútbol. Permite que los españoles discutan menos de política y más de jugadores, sus fichas y novias, aunque algunos clubes se vinculen a partidos no futbolísticos sin que sus seguidores de otras ideologías dejen de apoyarlos.
El fútbol, que alimenta de ilusiones a estómagos no demasiado llenos, es un deporte creado por ingleses que se ha convertido en la auténtica fiesta nacional tras enviar a los toros a una visible decadencia.
Aficionados pobres de grandes y pequeños equipos dan parte de sus magros ingresos a esos clubes con jugadores que, como Messi o Ronaldo –que ahora hace igual en Italia—acumulan riquezas multimillonarias que exhiben como jeques árabes.
“Mi único capital es mi moto para trabajar, pero si hace falta paso hambre para ir al campo a ver a mi Barça”, le dijo a…
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