“Los argentinos analizamos a los demás con soberbia y sin piedad, y pocos nos atrevemos a aplicarnos igual rudeza. Yo sí. Y he decidido disolverme como nacionalista y como tanguista. Callaré al acabar el disco de Gardel”.
Se lo dice al cronista Aldo J. Albini, psicólogo de Mendoza, ciudad de gente que, asegura, es la única del país mayoritariamente autocrítica.
Albini se lamenta desde hace dos décadas de la lamentable reacción de simpatía de muchos compatriotas con Maradona tras sus espectáculos televisados bajo el alcohol o las drogas, como en el Mundial de fútbol de Rusia.
El alma colectiva de Argentina está retratada en Maradona, continúa Albini: “Se le nombró…
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