Ante el puritanismo del feminismo radical y antihombres que nos llega como un manto negro más islamista que monjil es momento de elogiar la orgía de libertad que caracteriza al 7 de julio en Pamplona, inicio de los sanfermines.
Donde nadie juzgaba a nadie, heterosexual u homosexual, aunque entre decenas de millares de hombres y mujeres jóvenes con hormonas desatadas aparezcan “Manadas” o tipos solitarios depredadores o abusadores que deben encarcelarse durante años.
Pero ninguna “Manada” tendría que variar las normas de convivencia y gozo libres de las fiestas pamplonesas.
Quien sin ser vecino afectado por el ruido y los horribles olores a orines y heces de las calles pretenda reducir esa liberación que atrae a jóvenes de todo el mundo debe ser castigado con la purificación…
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