El “Derecho a decidir” es una frase hecha incorporada ya al lenguaje general en el que se calla la continuación, el “qué”, que es la independencia.
“Derecho a decidir” a solas atenúa el impacto de la demanda, irritante para la mayoría de los españoles, incluidos al menos la mitad de los catalanes.
Todos tenemos derecho a decidir, caminar o no, ir descalzos o calzados, o votar a quien deseemos. En democracia toda elección es libre, siempre que no vaya contra las leyes.
Reclamar el “derecho a decidir” sin especificar “la independencia” lo usan incluso innumerables políticos enemigos de esa ruptura humana, familiar, social, cultural y territorial de los españoles.
Así que cuando los constitucionalistas dicen oponerse…
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