La sorda rebeldía de los inmigrantes africanos del norte o del sur del Sahara y de países del Oriente cercano presenta estallidos imprevistos pero constantes por toda Europa, un fenómeno que se ha vivido por primera vez este viernes en Madrid.
Los disturbios en el céntrico barrio de Lavapiés son el inicio de una conducta grupal que posiblemente se reproducirá con creciente violencia.
Bancos, comercios, decenas de coches, quedaron destrozados por una turba de blancos antisistema y okupas de Podemos que incitaron a los africanos a seguirles, tras acusar a la policía de racismo, y del “asesinato” de un mantero que había fallecido de un infarto.
Los manteros son inmigrantes llegados ilegalmente a España y que aquí obtienen servicios creados por y para los españoles, como sanidad, educación, incluso subvenciones para gastos básicos y vivienda que muchas veces se les niega a los nacionales pobres.
Mientras, siguen asaltando las fronteras masas de inmigrantes, cuando no hay trabajo regulado ni previsto…
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