La actuación de la jefatura de los Mossos d’Esquadra durante el golpe de Estado de la Generalidad catalana presenta una paradójica pero ilustrativa lección para la historia si se confronta con el también fallido golpe del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero el 21F de 1981.
En primer lugar es la Guardia Civil quien está descubriéndole a los jueces cómo se había preparado el golpe independentista, primero con la complicidad y la ayuda logística de los Mossos, y después con su visible y entusiástico apoyo. Y como parece seguir.
Decenas de guardias civiles que participaron con Tejero en la toma del Parlamento fueron declarados inocentes porque actuaron siguiendo “la obediencia debida”, mientras se condenaba a 22 jefes y oficiales y a sus cómplices en el exterior.
La figura legal de la obediencia fue eliminada en 1985: ahora debe rechazarse si atenta contra las leyes y, especialmente, contra la Constitución…
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