Ante la Comandancia de la Guardia Civil de Almería se desarrolló al atardecer de este domingo la escalofriante escena de una masa se seres humanos cargada de ira justiciera y transformada en jauría humana.
Pedía a gritos que le entregaran a Ana Julia Quezada, la presunta autora del asesinato y ocultación del cadáver durante doce días del niño Javier Cruz, de ocho años, hijo de su novio y de su exesposa, Patricia Ramírez.
Ese suceso fue toda una lección sobre a dónde pueden llegar las mentes incendiadas por la emotividad vengativa, aunque embridada por la justicia reglada con leyes.
Pese esa contención, especialmente por la democracia, miles de personas volvieron a los tiempos bárbaros al pedir linchar…
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