El consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat de Cataluña, Jordi Turull, ha retado aparentemente a la Guardia Civil a que diga “clara y rotundamente” que las masacres islamistas de 16 personas en Barcelona y Cambrils de hace dos semanas podían haberse evitado.
Por motivos políticos esa institución no hablará, pero los ciudadanos sí: la actuación del independentismo catalán resultó una sangrienta chapuza, evitable de no habérsele impedido a los superexpertos de la Guardia Civil investigar la explosión del chalé okupado en Alcanar.
Quedaban rastros detectables de poderosos explosivos y decenas de botellas de butano, y hasta una jueza de primera instancia sospechó que estaba relacionada con el terrorismo; pero los Mossos d’Esquadra contestaban que era una “exageración” suya.
Con un terrorista herido en la explosión al que no interrogaron pasaron 18 horas hasta que la furgoneta…
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