Decía Bill Clinton en su frase más memorable sobre los problemas de su país: “It’s the economy, stupid”, y ahora ningún Clinton ni líder occidental se atreve a proclamar “It’s islam, stupid”.
Pero los dirigentes musulmanes sí. Al menos, indirectamente: Arabia Saudita, Egipto, Bahréin y los siete Emiratos Árabes Unidos, han roto sus vínculos diplomáticos y comerciales con Qatar, acusándolo de financiar el terrorismo islamista.
Terrorismo religioso que niegan los políticos occidentales, los islamofílicos como Podemos, a la vez cristiano-judeofóbicos, o el sinuoso embajador deportivo de Qatar con contrato de diez millones de euros y nuncio del independentismo catalán, Josep Guardiola.
Esa ruptura es una de las consecuencias del reciente viaje de Donald Trump a Arabia Saudita, cuya…
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