Un grupo nada pequeño de profesionales de la sanidad española, hombres y mujeres, unidos en las asociaciones progresistas de Usuarios de la Sanidad Pública, acaban de exigir que por razones ideológicas se deje morir a los enfermos de cáncer sin darles la mejor atención hospitalaria.
Es la consecuencia de despreciar la donación de 320 millones de euros de la Fundación Amancio Ortega a todos los hospitales públicos que soliciten fondos para adquirir equipos de última generación contra el cáncer.
Los ultraizquierdistas podemitas rechazan tal “caridad” y «limosna» porque el Estado debe cubrir la inversión, pero los presupuestos siempre son insuficientes: hasta los países socialmente más avanzados tienen cuestaciones y donaciones privadas para luchar contra ese mal.
Las mismas asociaciones “progresistas” protestan contra cualquier…
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