En el crecientemente descreído mundo occidental, que pierde aceleradamente la fe y la práctica cristianas, cuesta entender cómo una religión puede llevar a suicidios masivos de sus fieles tratando a la vez de asesinar al máximo número de infieles.
Se dan mil interpretaciones al fenómeno de la yihad, de la guerra santa que conduce a las masacres ciegas de multitudes, cuando es fácil relacionarla, aunque finalmente sean fenómenos opuestos, con la conversión íntima y entrega a Jesús de los cristianos renacidos.
En ambos casos hay un “avivamiento” espiritual: en los cristianos supone la entrada del Espíritu Santo que cambia su vida, como explican muy bien los movimientos pentecostales protestantes y católicos.
Ese “avivamiento” se produce interiormente en cualquier momento, algo así…
Siga leyendo aquí y vea a Salas
….