rabia Saudita acaba de ser elegida miembro de la Comisión de Derechos de la Mujer de la ONU, como si se le agradeciera mantener a sus 15 millones de mujeres como esclavas religioso-sexuales del fanático wahabismo.
Mujeres con el valor de la mitad del hombre, además de evaluable en camellos o cabras, recluidas en las casas, con un analfabetismo del 52,6 por ciento, esposas o concubinas sometidas a la poligamia: son el ideal del machismo musulmán, que continúa en el medioevo.
Mujeres que a las que ejecutan por cualquier infracción de la moral religiosa y que sólo pueden salir de casa con algún hombre de la familia envueltas en el niqab, ese asfixiante sudario negro entre calores del desierto.
Estas comisiones de la ONU de la mujer o de los Derechos Humanos, y también de la UNESCO –la que proclama que los judíos no tienen nada que ver con Jerusalén–, son en realidad…
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