El comisario jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional aparecía conmocionado hace un par de días cuando anunció la detención de 39 pedófilos-pederastas de distintos países que intercambiaban imágenes de sus horribles perversiones en el sistema de mensajería WhatsApp.
A Rafael Pérez se le quebraba la voz al explicar que 17 de esos monstruos eran españoles, casi todos gente común de cualquier vecindario, algunos trabajando con niños y jóvenes, pero no dio sus nombres al contrario de lo que suele hacerse con otros supuestos delincuentes.
La mayoría, en libertad provisional, ha vuelto a su vida, a nuestro lado o cerca de nuestros niños, igual que centenares de bestias así que han sido presos transitoriamente en múltiples redadas anteriores. Pero no sabremos quiénes son hasta que ataquen a algunos de nuestros niños.
Cuando los detienen se pixelan sus rostros en las fotos y televisiones para que no se les identifique…
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