El presidente de la Generalidad catalana debe agradecerle a Nicolás Maduro que su golpe de Estado haya tapado las noticias del histórico ridículo de su visita a EE.UU., donde ninguna autoridad importante lo recibió ni siquiera para invitarlo a un café.
Carles Puigdemont, su “Minister of Foreign Affairs”, Raül Romeva”, y una corte de seguidores, prometían encuentros se diría que con Trump, con importantes figuras de la política, la universidad y la ciencia estadounidenses en su viaje de una semana allí para solicitar el apoyo a su proceso de independencia.
Pero donde reciben a cualquiera que tenga algo interesante que exponer, los líderes independentistas solo vieron a algún cuarta fila y a tres de los 435 congresistas del país, anticastristas de origen cubano: ¿qué dicen sus aliados de ERC y los anticapitalistas de la CUP?
Ese fue el gran éxito político, aparte de una charla en un salón alquilado ante…