Toda guerra civil es monstruosa pero la de Siria lo es tanto que faltan palabras para describir el horror de Alepo, ciudad a punto de recuperar Bashar Háfez al-Ásad tras cinco años sometida a milicias religiosas más asesinas que el propio dictador.
Las noticias estadounidenses sobre la guerra en Alepo, que tenía 2,1 millones de habitantes en 2011, acusan a las fuerzas gubernamentales de cometer matanzas y destruir la ciudad.
Pero los rebeldes, entre ellos los yihadistas de la rama local de Al-Qaeda, que se levantaron apoyados por Barack Obama y Hillary Clinton contra Al-Ásad, cometieron masacres atroces, como informan las noticias de procedencia rusa y alguna francesa y alemana.
En realidad, el levantamiento contra Al-Ásad se produjo porque ya su padre perseguía desde los 1970 a los fanáticos islamistas que pretendían crear una dictadura religiosa sunita…
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