Bélgica fue elegida centro de las instituciones comunitarias europeas por su situación geográfica, pero también como ejemplo continental para fomentar la unidad de sus diferentes culturas, como la mayoritaria flamenca, la francófona, la pequeña alemana y la mixta bruselense.
Bélgica, que nació como país unitario, fue convirtiéndose en una nación de naciones que la dividen cada día más, cargada de desprecios mutuos cultivados rabiosamente por las legislaciones de los nacionalismos regionales.
El PSC, el socialismo catalán independiente del PSOE, propone que España sea una nación de naciones, como Bélgica, lo que conduce a un Estado de hostilidades mutuas, de reclamaciones territoriales, a un sistema cantonal como el de la I República, en el que unos cantones e incluso pueblos convertidos en tales se declaraban la guerra.
Hacia ahí va Bélgica, como advertía en pleno franquismo el patriarca socialista español exiliado en ese país, Curro López del Real, fallecido en 2004…
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