La muestra del buen corazón de Angela Merkel del año pasado al darle la bienvenida a Alemania a los que creía un millón de sirios, pensando además que eran la mano de obra más preparada de los países árabes, le ha salido caro, a ella, a su país y a Europa, porque ha enrabietado al antieuropeísmo.
Ese “Refugees Welcome”, que se extendió por el continente y que adorna innumerables ayuntamientos españoles, Madrid el primero, puede despertar la xenofobia o un sentido de autoprotección social europeo.
En Alemania ya ha renacido la ultraderecha al amparo del choque cultural y de legalidades entre alemanes y refugiados, entre los que se introdujeron gran número de inmigrantes económicos de países islámicos.
Este domingo se celebraron elecciones en tres de los 16 estados federados. En todos se acercó mucho a Merkel el partido Alternativa para Alemania (AfD), antiinmigración, euroescéptico y populista, que en dos superó al proinmigración SPD, socialdemócrata y hermanado con el PSOE…
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