Pablo Manuel Iglesias le advirtió al socialista Pedro Sánchez que tenía que elegir entre someterse a una coalición con las izquierdas al estilo de Portugal, o a una con la derecha, como la de los socialdemócratas alemanes con Angela Merkel.
“Portugal o Alemania”. En tiempos menos pasionales y más reflexivos, sobre todo entre desempleados o emigrantes, presentar este dilema sólo podría hacerlo un estúpido o quien quería reírse de ellos.
Así que Pedro Sánchez, en lugar de buscar consejo en Berlín se fue a Lisboa a pedírselo al primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, que aunque perdió como él las elecciones, gobierna desde hace dos meses con apoyo del Partido Comunista, el penúltimo estalinismo europeo, y el Bloco de Esquerda, algo así como Podemos.
Sánchez volvió y dijo “quiero que España sea como Portugal”, justo cuando Antonio Costa tenía que pedirle angustiado a los ganadores de las elecciones, la coalición de centroderecha, su voto para aprobar el presupuesto de 2016, a lo que se habían negado sus socios…
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