El Rey de España, Felipe VI, está ganándose el afecto de muchos ciudadanos, algunos republicanos, cuando muestra sus sentimientos, como este lunes al dirigirse a los descendientes de los sefarditas expulsados por sus antepasados, los Reyes Católicos, en 1492: “¡Cómo os hemos echado de menos!”
Que frase tan perfecta: el “cómo” sobre la enormidad del sentimiento, y “os hemos echado de menos”, expresando el vacío de cinco siglos sin ellos.
Ahora pueden recuperar la nacionalidad española, aunque quizás sea algo tarde: muchos tienen una patria en la que siempre hubo judíos, el actual Israel, pero que hasta su independencia, en 1948, estuvo sometida a invasiones, desde los romanos hasta los califatos musulmanes y, por algunos años, a los británicos.
En tiempos de Alfonso XIII el influyente doctor Ángel Pulido propuso darle la nacionalidad española a los descendientes de los entre 200.000 y 400.000 judíos expulsados, que sufrían persecuciones en las ciudades mediterráneas en los que vivían, sobre todo bajo poder otomano.
Pero los cambios políticos apagaron el intento, y sólo las acciones de algunos…
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