Los populares europeos que gobiernan catorce países e instituciones reunidos estos días en Madrid alrededor de Mariano Rajoy no debieron marcharse muy contentos porque frente a los parabienes para el primer ministro español les venía el fracaso de su compañero portugués.
Pero a la llegada a sus países ya supieron que sus temores no se cumplían porque de momento el presidente Cavaco Silva le había pedido por segunda vez a uno de los suyos formar gobierno, en contra de lo que anunciaba la izquierda.
Los conservadores europeos creían haber perdido inesperadamente a Portugal, cuyo futuro podría acercarse más a la Grecia antisistema del primer Tsipras y Varoufakis, que a la del rendido y fiel seguidor de la Troika, Tsipras, pero sin el super-radical Varoufakis.
Desde las elecciones del pasado día 4 se pensaba que el ganador con el 38 por ciento, Pedro Passos Coelho, formaría gobierno, como le encargó el presidente Cavaco Silva, del mismo partido llamado socialdemócrata, pero hermano de los populares…
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