El jugador de baloncesto Cheikh Moussa Diagné, senegalés de 21 años, se volvió tan violento el pasado fin de semana en Málaga tras ganar la Supercopa de España con el Barça, que obligó a intervenir a la policía para calmarlo, según un periódico local.
Tendría que estar contento, como sus compañeros, pero comenzó inesperadamente a dar gritos, mezcla de terror e ira, y a destrozar objetos hasta la llegada de los agentes.
La razón fue que cuando su compañero Juan Carlos Navarro descorchó una botella de cava y algunas gotas del espumoso le mojaron la cara.
Algo insoportable para un musulmán intolerante, tanto que ni siquiera soporta que le toque la piel el alcohol, cuando el Corán sólo prohíbe beberlo…
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