Si todavía hubiera ciegos cantando coplas sobre los crímenes más horribles compondrían una sobre “El Monstruo de Moraña”, con la historia de David Oubel, el acusado de degollar con una sierra mecánica a sus dos hijas de cuatro y nueve años en ese pueblo pontevedrés de 4.400 habitantes.
La copla hablaría de una novedad en el Código Penal: estos asesinatos permitirán pedir por primera vez la “prisión permanente revisable” que entró en vigor el 1 de junio tras ser aprobada solamente con los votos del PP.
PSOE e IU denunciaron esa enmienda como una aberración contraria al Art. 25.2 de la Constitución, que declara: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”.
Pedro Sánchez promete retirar esa pena si gobierna. Pero ya había aprobado el 2 de febrero un acuerdo con Mariano Rajoy para luchar contra el yihadismo que incluye la prisión permanente revisable porque, aunque no figura en el texto, remite al Código Penal…
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