Si se analiza individualmente a quienes forman Podemos y sus adherencias de distintos ultraizquierdismos, mareas mareadas e iluminados, si se observa su conducta en algunos ayuntamientos cargada de rabia y de odio, y sus exigencias de cambio de régimen, lo racional es proteger vigorosamente la Constitución que ellos quieren destruir.
Lo menos malo que pueden defender los republicanos racionales y prácticos es la monarquía que desde 1978 ha sido el gran lubricante pacificador del país paralizando las tejeradas ultraderechistas, esperemos ahora que también las tejeradas sin pistola pero golpistas de los nacionalistas y las de la ultraizquierda que aprovecha la debilidad de los populares y de los desnortados socialistas.
La agresividad y zafia grosería de quienes quieren eliminar esta Constitución demuestran que son peligrosos para nuestras libertades. Su sueño es la dictatorial “democracia popular”.
Un país no puede estar bajo el imperio de ultras cuyas obras públicas son maltratar iconos nacionales, exhibirse ante la prensa escarranchándose para orinar por las calles, o acosar bolivarianamente a…
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