Acaba de cumplirse el undécimo aniversario de los atentados yihadistas en los trenes de cercanías de Madrid que provocaron 192 muertos.
Lo que parecía repetición de un atentado similar de ETA abortado un mes antes, resultó otro prolegómeno de lo que el rey Abdalá II de Jordania acaba de definir como la III Guerra Mundial.
Si esto es así, tengamos claro que o vence la civilización o vencen los fanáticos religiosos, y hay países europeos donde esto último sería posible.
Son los regidos por autoproclamados apaciguadores, en realidad cobardes, que a la mínima dificultad que exige energía muestran su cainismo y disposición a la rendición, como ocurrió en España…
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