Tic-tac, Tic-tac, dicen los que anuncian la bomba de relojería que hará saltar la actual democracia y prometen salvar este país de los “traidores a la patria”, los empresarios injustos, los bancos, los evasores fiscales, la “casta” de los políticos y, sobre todo, los medios de comunicación privados que denuncian que ellos han sido creados y sostenidos por el chavismo.
El Tic-tac anuncia también, aunque lo oculten, el final de España propiciado por sus dirigentes secesionistas cabeza de lista en las Comunidades históricas.
Con el Tic-Tac plagia un discurso de Hugo Chávez fallecido hará dos años el próximo 5 de marzo que conviene revisar, una ocurrencia del fogoso espadón venezolano que se convirtió en la cantinela de todos los bolivarianos, y que trajo a España el pequeño Pablo Iglesias ocultando su origen para usarla como si fuera un hallazgo retórico propio.
Lo de llamarle a los corruptos o a los supuestos explotadores, pero también a la prensa libre, “traidores a la patria”, expresión que usó…
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