Quienes conocieron a José Antonio Moral Santín, un comunista honrado desde su primera juventud hasta sus actuales 66 años, no podrían creerse que participara como vicepresidente en el hundimiento de Cajamadrid y que fuera el que más abusó las tarjetas “black” siendo consejero de la entidad, convertida en Bankia.
Antifranquista de una honradez ejemplar, en el Partido Comunista y en la universidad Complutense, en la que es aun catedrático de Economía Aplicada, bromeaban con sus apellidos: “Es tan moral que parece un santín”.
Fue un estricto perseguidor de toda corrupción hasta que, según la Fiscalía, tuvo delante un dinero que podía gastar sin control ni vigilancia.
La presunta corrupción de este hombre honrado señala…
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