Escribía Baroja que a finales del siglo XIX muchas tiendas, quizás también su panadería, exhibían un cartel con la advertencia de “Hoy no se fía, mañana sí”. Cuando llegaba mañana seguía aquello de que se fiaba el día siguiente, y así siempre.
Tiendas menos desconfiadas crearon las ventas a crédito, y los bancos hacían préstamos que si no se devolvían con sus intereses, le quitaban al cliente sus bienes hipotecados.
Grecia es un país relativamente pobre, manirroto y corrupto por todas partes, cuyos ciudadanos y políticos engañaron a los bancos y a los países europeos a los que debe devolverles 315.000 millones de euros de créditos, incluyendo los alrededor de 26.000 que aportó España, más intereses…
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