La monogamia y la poligamia no tienen el mismo coste social. La monogamia sostiene a un núcleo familiar pequeño, mientras que la poligamia multiplica los dependientes por el número de esposas e hijos de cada una que tenga el varón.
Las familias polígamas que no dispongan de elevados ingresos, como sucede con muchos miles de mujeres musulmanas y sus hijos en países como el Reino Unido, viven de los impuestos abonados obligatoriamente por contribuyentes de familias monógamas.
Este es uno de los orígenes de la aparición de partidos xenófobos, reacción contra los grupos que no adoptan los valores y la cultura creados tras siglos depurándose para mejorar, y que lleva a que quienes sostienen la sociedad se sientan explotados por quienes viven de ella, según afirman, “parasitariamente”…
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