Después de 36 años de navegación constitucional España es un barco con la obra muerta o superestructura desarbolada por los temporales de la corrupción, pero con su máquina y su obra viva, la superficie del casco sumergida, en buen estado.
Lo demuestra el creciente envío a prisión de políticos corruptos que van cayendo uno tras otro, el procesamiento de una Infanta de España y la investigación que podría inhabilitar a Artur Mas por pretender hundir la nave llevándose parte del casco en una lancha salvavidas.
Ya no es solamente el nacionalismo suicida el que desea hacer zozobrar el barco, sino que se le han sumado fuerzas de la izquierda que era estatalista, como IU, y el sorprendente Podemos, formado por amotinados que luchan por tomar el mando para naufragar en aguas chavistas.
El PSOE, entre tanto, pide federalizar a los pasajeros catalanes en primera clase, donde van vascos y navarros, cuando un socialista igualaría a todos…
Siga leyendo aquí y vea a Salas
…