Ni bancos, ni empresas industriales, agropecuarias, pesqueras, comerciales, ni medios de comunicación, ni siquiera la tienda de la esquina, van a someterse voluntariamente a los límites de ingresos y beneficios que les impondrá Podemos si llega a gobernar.
Los responsables del sistema capitalista explotador y corrupto se opondrán a la revolución diseñada por Pablo Manuel Iglesias y sus camaradas en la universidad Complutense.
Obsérvese que su trabajo no es realmente la enseñanza, sino la agitación, la propaganda y la vigilancia de la ortodoxia, misión de los imprescindibles comisarios políticos en los regímenes socialistas como el soviético, el cubano o el chino de Mao Zedong.
Resumiendo: por un lado están los opositores al nuevo régimen, sanguijuelas ellos, y por el otro el pueblo trabajador armado…
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