Lo que iba a ser el Prestige de este gobierno, el contagio de ébola sufrido por Teresa Romero, con su curación está perdiendo tanto valor informativo que hay medios que ya lo han olvidado.
Para atenuar los daños políticos provocados por la marea negra del Prestige José María Aznar responsabilizó en noviembre de 2002 al vicepresidente, portavoz del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy.
Igual que acaba de hacer Rajoy con su vicepresidenta, portavoz del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, para arreglar el problema informativo provocado por el contagio de la auxiliar de enfermería.
El mismo día de su ingreso, el 6 de octubre, la ministra de Sanidad, Ana Mato, apareció desconcertada…
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