En el mundo anglosajón y en los países nórdicos se crea un sentimiento de comunidad, de recibir una herencia que debe perpetuarse, al evocar en las escuelas, en las lecturas y en el arte las leyendas e historias heroicas del pasado.
Ese hábito desapareció en España especialmente tras el Desastre del 98, que supuso la negación de todo lo bueno de su historia, y sólo trató de recuperarse en el franquismo, pero con ínfulas tan imperiales que ese pasado se fascistizó y, por tanto, fue rechazado por la ciudadanía.
Ya en democracia, y desde que apareció en 1996 la primera novela de la serie del capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte, la novela histórica española ha aparecido con fuerza como variante literaria de gran éxito popular.
En esa línea de recuperar el pasado acaba de aparecer “La tierra de Álvar Fáñez” (Edit. Almuzara), con la historia en buena parte real…
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