Dentro de un mes se cumplirán once años de la promesa hecha en el Palau Sant Jordi de Barcelona por José Luis Rodríguez Zapatero a Pasqual Maragall: “Apoyaré el estatuto que salga del Parlamente de Cataluña”.
Su desarrollo y contingencias aceleraron el separatismo de parte de la población catalana, que están perpetrando un “astuto” golpe de Estado, como sugiere Artur Mas.
El mandato de Zapatero fue una concatenación de insensateces hasta el 10 de mayo de 2010, cuando recibió las furibundas llamadas de los grandes dirigentes de la UE, de Barack Obama y del presidente chino exigiéndole que cambiara su suicida política económica porque arrastraba a la ruina a buena parte del mundo.
Obedeció y dio un giro radical que afectó…
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