Hay un error que cometemos muchos informadores españoles sin que aprendamos a enmendarnos, y es el de concederle importancia a lo que escriben sobre España, a veces desconociéndola, los periodistas y editorialistas de los medios extranjeros de renombre.
Vemos un artículo en el New York Times, Le Monde o en el Financial Times y solemos reproducirlo como alto análisis sin advertir que su autor o autores son tan listos o tontos como cualquier otro periodista o lector.
La admiración por los medios extranjeros nacía cuando no había libertad en España y para conocer qué ocurría en el país seguíamos al mítico José Antonio Novais (1925-1993) en Le Monde, a Walter Haubrich, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, o a Jane Walker en The Guardian…
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