En España los no católicos estuvieron perseguidos y discriminados durante muchos siglos. Tras alguna tolerancia, en 1992 el Estado firmó unos acuerdos que protegían a las creencias minoritarias consideradas “de notorio arraigo”: protestantes, judías y musulmanas.
Ahora, en libertad, aparecen miembros de esas minorías autodiscriminándose para obedecer sus dogmas, lo que estaría bien si no fuera que pueden perjudicar a las mayorías, sean católicas, agnósticas o ateas.
Un caso actual es el de tres enfermeros aspirantes a otras tantas plazas de las 1.600 convocadas en la Comunidad de Madrid que por razones religiosas opositarán en fecha diferente a los 43.500 inscritos.
Las pruebas generales se celebrarán el 4 de octubre, sábado, pero los tres de fe…
Siga leyendo aquí y vea a Salas
…