Dos novillos ahogados y una vaca desnucada son tres de los trofeos logrados estos días en las fiestas patronales de pueblos mediterráneos españoles, ejemplo de los muchos animales asesinados por masas que los torturan en nombre del Santo local.
Los “Bous a la mar” son seguramente las fiestas menos crueles, porque la inmediata superior en brutalidad es la de los “Bous embolats” catalanes y valencianos, animales con antorchas en los cuernos que los enloquecen, los llevan a matarse contra cualquier obstáculo, o quedan ciegos y lisiados.
Si sobreviven, aunque sea medio muertos, los llevan a otras fiestas hasta que expiran, finalmente.
El “Toro de San Juan”, en Coria, al que le lanzan dar…
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