La lección de esta crónica la dicta Jenaro García, un inquisidor que comenzó a mostrar sus dotes el 25 de marzo de 1993, hace 21 años, cuando increpó y denunció entre vítores de sus compañeros a Felipe González en la Universidad Autónoma de Madrid por la corrupción del PSOE en el caso Filesa.
Cuidado con los inquisidores, con los que sólo basan su discurso en denunciar supuestos corruptos jurando que limpiarán la sociedad de castas políticas, y cuyo carisma hace creer que nos salvarán del sucio régimen actual instaurando otro revolucionario.
Los inquisidores puristas suelen terminar desplumándolo a uno y, si pueden, metiéndolo en un gulag…
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