Las feministas radicales de guardia volverán a manifestarse este año contra los machos que tras correr delante de los toros en los Sanfermines de Pamplona vuelven beodos a la plaza de la Estafeta a exhibirse tocándole las glándulas a chicas neumáticas que invitan a ese juego.
Las feministas radicales califican de agresión sexual este esparcimiento, cuando las muchachas gozan al levantar y acalorar los instintos primarios de los jóvenes que, ofrecido el culto al semental bovino, quieren ser el satánico macho cabrío que fecunda hembras.
Estas protestas hermanan el tradicional puritanismo religioso con el feminismo activo y agresivo: para la moral religiosa son actos pecaminosos perseguibles, y para el feminismo laico son expresiones humillantes de machismo, cuando las supuestas humilladas se sienten diosas lúbricas para las que los manoseos mamarios son culto y adoración.
Los religiosos rezan por todos los pecadores, pero las feministas exigen que se persiga a los hombres que participan en el retozo porque…
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