Un jurado popular, tres mujeres y seis hombres, acaba de absolver por unanimidad de la acusación de homicidio a un carpintero jubilado y enfermo que acuchilló a un chico de 17 años que entró en su casa de madrugada y que, tras forcejear con el anciano al que su mujer le había entregado el cuchillo, huyó y murió desangrado en la calle.
El suceso ocurrió la noche del 10 de julio de 2011 en las afueras de Pontedeume, un hermoso pueblo costero gallego; y resultó que ambos protagonistas eran personas apreciados, el homicida entre sus vecinos, y la víctima en el cercano Ferrol, donde vivía.
El chico muerto, de clase media-alta, buen estudiante y deportista, que nunca había tenido problemas legales, se introdujo en la vivienda del jubilado sin que se llegara a saber por qué, porque quienes habían estado antes con él, entre ellos una hermana, dijeron desconocerlo.
Lo que sí ocurría es que varias viviendas de personas mayores de la zona habían sufrido asaltos similares, sin que se llegara a descubrir quienes los cometían. El caso es que después esos ataque desaparecieron, al menos de momento…
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