Poco antes de que juzgaran estos días al cantautor Javier Krahe por supuesta ofensa a los sentimientos de los católicos en un video en el que cocinaba una imagen de Cristo, en Almonte, Huelva, una turba fanatizada saltaba una verja para llevarse la imagen de la Virgen del Rocío, acto que para muchos católicos no es menos blasfemo que el de Krahe.
El Artículo 525 del Código Penal socialista de 1995 define como delito la ofensa “a los sentimientos de una confesión religiosa”, que muchas veces son ridículas emociones ajenas al dogma aceptado.
Los primeros iconoclastas y los ilustrados hirieron los sentimientos de las masas más supersticiosas, y al ridiculizar numerosos ritos, incluso con “animus injurandi”, hicieron que la sociedad progresara hacia el racionalismo, padre de la ciencia.
Cuando unos fieles se crucifican en Filipinas o se descarnan la espalda a latigazos en la Rioja…
Siga leyendo aquí y vea a Salas
….