El Supremo ha inculpado por cohecho impropio a Baltasar Garzón por pedirle dinero a empresas y bancos para patrocinar unos cursos sobre justicia en la Universidad de Nueva York, noticia que la prensa divulga amedrentada porque numerosos periodistas caemos en una falta similar, que para un magistrado es delito.
Parece bastante claro que, a falta del juicio correspondiente, Garzón aprovechó su cargo para obtener ingresos de empresas que debió enjuiciar y que se negó a hacerlo.
Es decir, que las donaciones lograron aparentemente que rechazara alguna causa contra sus patrocinadores.
La justicia aclarará el caso. Entre tanto, hablemos…
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