Tras casi tres décadas rechazando la significación religiosa de la fiesta de los Reyes Magos en lugares como Córdoba, donde dominaba Izquierda Unida, este año volvió la celebración tradicional, que nace de unos magos que van a adorar a un niño-dios.
Para una mente lógica esta festividad es reaccionaria y le lava el cerebro a los niños del siglo XXI al hablarles de magos y de un dios recién nacido.
Pero los niños quieren la fiesta. No hay manera de erradicarla. La URSS suprimió a Dios y cuando volvió Rusia se reconstruyeron y llenaron nuevamente las iglesias.
Tras perder la laicista IU las elecciones en mayo y llegar el PP volvieron…
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