Mariano Rajoy comienza a gobernar haciendo lo contrario de lo que prometía, tomando iguales medidas que Rubalcaba si llega a ganar el PSOE: subirle los impuestos a todos los asalariados como medida progresista, esto es, progresiva.
El PP mantiene las subvenciones a partidos y sindicatos, aunque las reduzca un quinto, proporción en la que disminuirá los altos cargos, y congela la incorporación de funcionarios, menos los de Hacienda para controlarnos mejor: el PSOE iba a hacer igual.
Congela los sueldos de esos funcionarios, y les pone 37,5 horas de trabajo semanales: todavía trabajarán menos que a los asalariados comunes, 40 horas.
Y mantiene parcialmente la Ley Sinde. Aumenta ligeramente las pensiones…
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