Nadie podía imaginarse que quien se definió como rojo y aseguró que nunca defraudaría a sus electores iba a convertirse a menos de dos meses de perder el poder en un “traidor”, alguien “peor que Aznar” y “destructor del consenso constitucional con las autonomías”.
Izquierda, sindicatos, 15M y nacionalistas, aparte de UPyD por otros motivos, proclaman que el aún primer ministro no tiene moral, ni palabra, ni otra ideología que la del feroz capitalismo que le imponen los mercados, los prestamistas.
Porque a partir de hoy la Constitución impedirá endeudarse hasta empeñar todo el país, como antes hizo el mismo Zapatero.
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