Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Traficante de órganos

Los periodistas que informaron de las últimas guerras yugoslavas, iniciadas en 1991 y aún latentes, sabían que Hashim Thaci, el primer ministro de Kosovo, además de ser un sanguinario terrorista, dirigía una mafia albano-kosovar que traficaba con los órganos de sus asesinados, que vendía en el mercado internacional.

Hubo mil noticias sobre Thaci pero, o no se creían, o no se les prestaba atención: él y sus guerrilleros del UCK eran “los buenos”, víctimas de “los malos” serbios de Slobodan Milosevic.

Nuestro héroe acaba de ser confirmado como jefe mafioso en el informe del Consejo de Europa firmado por el fiscal suizo Dick Marty.

Yugoslavia, que existió entre 1918 y 1991 es ahora siete países diferentes en geografía y religión, herencia de la división iniciada por la conquista otomana, hace siete siglos.

Si fuera viable la Alianza de las Civilizaciones zapateril, la antigua Yugoslavia, con tantos pueblos y tres religiones dominantes, la ortodoxa, la católica y la musulmana, sería su ideal de multiculturalismo.

Pero llevan siete siglos matándose con mayor o menor intensidad, la última vez entre 1991 y 2003, cuando los serbios quizás fueron más genocidas, pero porque eran más, y más poderosos. Los otros mataron también masivamente todo lo que pudieron.

Alemania, que deseaba nuevas áreas de influencia, y la OTAN, ayudaron a católicos y musulmanes, que habían sido aliados de Hitler, contra los ortodoxos serbios, que se enfrentaron al nazismo.

Se creó Kosovo en 2008 separándolo de Serbia–no reconocido por España ni por países con independentistas–, dándole el Estado al jefe de la guerrilla genocida UCK, Hashim Thaci.

Ahora vemos por fin que en la exYugoslavia buenos y malos eran iguales, con Kosovo regido por “el bueno” de Hashim Thaci, asesino, mafioso y traficante de órganos.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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