Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Barça españolista

Cualquier independentista catalán debería estar irritado por el 5-0 que le endosó el Barcelona al Real Madrid: ese resultado, adictivo como la heroína, aleja la independencia.

Con Cataluña soberana el Barça no podría seguir pegándole grandes palizas al odiado rival, y hasta podría pensarse que los españolistas amañaron el resultado un día después del triunfo electoral de los nacionalistas de CiU.

Porque para los madrileños la derrota fue una decepción, sin más, pero para la mayoría de los catalanes fue mucho más que un triunfo deportivo: fue machacar nuevamente a Madrid, que representa desde 1713 la Corona de los Borbón, y no la de los Habsburgo por la que ellos combatieron.

Mil frustraciones históricas lavadas regularmente. Por el contrario, imaginémonos una Cataluña independiente con su propia liga en la que ese Barça no se enfrente al Madrid, sino al Roda de Bará, al Rasos de Peguera o al Torredembarra: frustración suicida que provocaría una guerra civil catalana.

Por cada gol que metía el Barça sonaban gritos de buena parte de los 7,5 millones de catalanes que se oían hasta en Portugal, tierra de Mourinho. Éxtasis celestial. El Paraíso Cristiano (Ronaldo).

CiU llegará al poder reclamando una Selección Nacional Catalana, alegando sus diferencias con el resto de España.

Querrá un equipo como el de Escocia, olvidando que cuando se fundó en 1870 en el mundo no había otro con el que competir que no fuera el inglés: ese es sólo un derecho histórico de los británicos, inventores del deporte, que nadie va a romper, pero que tampoco nadie puede imitar o reinventar.

Cuando el expresidente del Barcelona Joan Laporta quiera separar Cataluña de España con su partido político independentista, los seguidores del club se inyectarán heroína, la droga heroica del 5-0, y para evitar el síndrome de abstinencia lo molerán a palos, por osado.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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