Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Moro amigo

Se diría que Rodríguez Zapatero sufre estos días su propio Perejil. Mohamed VI no toma el islote como hizo en julio de 2002 para probar la fortaleza del gobierno de Aznar, pero parece tantear la debilidad del primer ministro español provocando conflictos innecesarios.
Los desafíos de marroquíes a la guardia civil y a la policía en Melilla –con graves agravios macho-islamistas a las agentes, por ser mujeres–, las reivindicaciones crecientes sobre esa ciudad y sobre Ceuta, y ciertas sugerencias sobre Canarias, ocurren sin que haya conflicto real alguno entre los dos países.

Cuando surgió el de Perejil, Zapatero viajó a Rabat a espaldas del Gobierno a pedir perdón por la dureza aznarista con Mohamed VI, y para conseguir que el Rey fuera su “moro amigo”.

Los españoles llaman “moro amigo” a aquel del que puede fiarse –mientras no se demuestre lo contrario–, lo que da indica qué piensan de los otros.

Prejuicio racista o xenófobo, pero instintivo en la mayoría de los españoles; que son vistos a su vez por los marroquíes como altaneros y ofensivos con ellos.

Desde hace casi nueve meses en España no hay embajador de Marruecos, y Madrid es reticente con el representante propuesto, antiguo dirigente del Frente Polisario y traidor a su causa: la felonía, arma diplomática y de presión tan norteafricana.

Además, hay una aparente neutralidad española en la lucha del fundamentalismo wahabita para controlar las asociaciones musulmanas aquí, y el esfuerzo marroquí por manejar esos grupos y al primer partido político islámico español, teniendo en cuenta que hay al menos 800.000 marroquíes, muy infiltrados por la policía secreta de Rabat.

Queda el recuerdo de que los autores materiales del 11M fueron marroquíes, quizás infiltrados también. Y Ceuta y Melilla: la demografía las hace decrecientemente españolas.

Se entiende el desconcierto zapateril con quien ya no parece su “moro amigo”.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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