Zapatero quiere imponer un candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid a las elecciones de 2011, pero los socialistas madrileños rechazan ese nombramiento porque, afirman, son ellos quienes deben elegirlo y ya tienen a su Secretario General, Tomás Gómez.
Una rebelión pública contra el caudillista Zapatero en la que le recuerdan la humillación sufrida cuando ordenó que Miguel Sebastián fuera candidato a la alcaldía en 2007.
Hace ya 21 años que el PSOE perdió el ayuntamiento madrileño y quince que se quedó sin la Comunidad Autónoma, dos entidades políticas sumamente visibles en España.
Ahora, con rivales como Ruiz Gallardón en la alcaldía y Esperanza Aguirre en la Comunidad, los socialistas tienen difícil recuperar el poder, a pesar de que ambos sufren constantes investigaciones por corrupción de una Fiscalía mucho menos atenta a las podredumbres socialistas.
El levantamiento contra el hasta ahora incontestable Zapatero debe seguirse atentamente porque podría señalar que comienza a declinar su control sobre el partido.
Además, el PSM advierte que sus candidatos no deber ser asignados por dirigentes “de provincias” modelo Z., y que cuando aceptaron lo ordenado por él sufrieron derrotas ignominiosas.
Aún recuerdan la de 2003 ante Aguirre tras el “Tamayazo”, provocado por Tamayo y Sáez, dos socialistas de la rama renovadora del partido que había hecho Secretario General a Zapatero.
Ambos traicionaron al PSM porque para obtener apoyo de IU y poder gobernar el PSOE le había dado a los comunistas los contraros de obras que previamente le habían prometido a las empresas vinculadas a ellos.
Convocadas nuevas elecciones, Aguirre aplastó hasta hoy a ese PSM, que ahora reta a Z. a que presente sus candidatos a unas primarias.
El primer ministro ha empezado a ganarse que los suyos le pierdan el respeto: en Euskadi numerosos socialistas creen incluso que ha comenzado a traicionar a Patxi López para obtener apoyo del PNV.