Honorable presidente José Montilla: El Estatuto de Cataluña impuesto por el socialnacionalismo y por Zapatero con apoyo de un PSOE que traicionó su compromiso solidario con los españoles resulta antipático a la mayoría, pese a que compran ustedes a numerosos periodistas y medios informativos influyentes para que lo defiendan.
Ese Estatuto es injusto, explotador, y permite que la Generalidad de Cataluña rete en poder al Estado y a la suma del resto de las autonomías.
Pero este cronista lo defendería en lugar de criticarlo si usted le paga adecuandamente como a tantos otros colegas y medios.
Casi todo el mundo culpa a Tribunal Constitucional del desbarajuste provocado por el Estatuto, sobre el que después de tres años no ha dictado sentencia.
Le han visto artículos inconstitucionales incluso los magistrados nombrados por el PSOE, pero no quieren invalidarlos para evitarle una humillación a Rodríguez Z.
Y ahora exige usted en el Senado cambiar a los miembros del Tribunal. Quiere evitar una posible sentencia que recoja mínimamente la ilegalidad estatutaria provocada porque a Rodríguez se le calentó el cerebelo y le prometió a Maragall aprobar el Estatuto que se le ocurriera.
Y Maragall elaboró una deforme quimera. Los socialistas sólo reformaron levemente el documento en las Cortes, acobardados o ebrios por el carisma que tenía Zapatero, aunque está perdiéndolo.
Vayamos a lo práctico: sesenta y dos columnistas políticos catalanes acaban de firmar el enésimo escrito apoyando el Estatuto y amenazando con la secesión si se rechaza.
Págueme usted 30.000 euros y este cronista promete que también defenderá apasionadamente que ustedes nos intimiden con el secesionismo. Cien euros palabra, las 300 palabras de esta carta, es la tarifa aplicable a este caso, que me compromete ya para el futuro.
Y al hacer pública su oferta el cronista demuestra ser un corrupto honrado porque, al contrario que tantos colegas y medios, no esconde su desvergüenza.